Los Ejercicios no son
teología, no son saber sobre Dios. Son mistagogía (García 2013: 216).
Mistagogía es la profundización en los
misterios de la experiencia de Dios.
Lo que intentan los Ejercicios
es la experiencia de Dios. (García 2013: 227)
Ejercicios
Espirituales son todo modo de examinar, de meditar, contemplar (EE 1)
El objetivo de los Ejercicios
de Iniciación es ayudar a dar los primeros pasos hacia el encuentro personal
con Dios en la oración y en la vida. (Picornell 2013: 237)
En ellos se incide en un punto
central y quizá es uno de los más cuestionados en la cultura actual. Este es la
posibilidad de comunicación con Dios. Su perspectiva no es meramente racional,
ya que se basan en la primacía de “el
sentir y gustar de las cosas internamente” (EE 2).
No se trata simplemente de
cultivar una reflexión, sino de ejercitarse en la relación con Dios desde la
perspectiva de sentir y gustar las cosas
internamente, lo cual exige asentar hábitos durante un tiempo (Picornell 2013: 239).
Se insiste en la interiorización de la experiencia de Dios
más allá de la mera reflexión (Picornell 2013: 243).
Tres niveles de ejercitantes
1.Personas con inquietud
espiritual, que necesitan el encuentro personal con Dios (Picornell 2013: 238).
A ellas se les da la
experiencia de la oración como un encuentro personal y afectivo con Dios. (Picornell 2013: 238).
El tener una primera inquietud
espiritual es el principal
requisito para comenzar este tipo de Ejercicios.
(Picornell 2013:
239).
Hay tres formas de inquietud
espiritual:
-
El deseo de buscar
y encontrar un sentido profundo a la existencia más allá de las
apariencias;
-
El interés por ordenar
la propia vida a luz del encuentro personal con Dios;
-
La disposición para transitar nuevos caminos hacia Él y en definitiva, hallarle en todas las
cosas (Picornell
2013: 239).
Se requiere capacidad para la interiorización y un cuidado por el análisis personal en su vida ordinaria
(Mendoza 2013: 257).
2.Ya tienen compromisos en la
vida eclesial (están en grupos cristianos) y quieren enraizar su compromiso en
una experiencia personal de Dios.
3.Ya han hecho Ejercicios.
Quieren actualizar o reiniciar la experiencia de Dios (Picornell 2013: 238).
Requisitos de la oración
ignaciana de los Ejercicios Espirituales
1. Que sea un encuentro personal con Dios.
2. Debe haber petición
3. Debe haber un Coloquio al final
4. Debe haber examen de la oración (Picornell 2013: 241, 271-272).
5. Debe haber un acompañamiento (Picornell 2013: 242), que requiere diálogo y mutuo conocimiento
(Picornell 2013: 274, 244). Puede
ser un acompañamiento individual o en grupo (Picornell 2013: 244). Este es un elemento
insustituible (Picornell
2013: 244).
Herramientas
típicamente ignacianas: oración, examen, acompañamiento (Mendoza 2013: 257)
Necesitamos estructuras de
salvación (Mendoza 2013: 257)
Llamamos “estructuras de salvación” a aquellas que
proceden de las experiencias de:
-
sentirse
arraigado en la filiación divina
(vivirse como hijo amado),
-
una
lucidez
que ayuda al sujeto a captar su verdad
de criatura,
-
un perdón
incondicional regalado por Dios, que ayuda a ser más gratuitos y a conocer
verdaderamente su rostro y
-
el agradecimiento
que ayuda a ser más verdaderos en el compromiso. (Mendoza 2013: 256)
<El indicador de un buen proceso espiritual en esos
momentos es la experiencia de agradecimiento
lúcido, que es la valedora y el motor del futuro seguimiento y
compromiso. > (Mendoza 2013: 269).
¿Cómo finalizar los Ejercicios? (Picornell 2013: 243)
< Es preciso recoger el fruto producido, hacer síntesis de lo vivido y articular pautas para la vida ordinaria,
integrando algunos elementos y hábitos adquiridos durante los Ejercicios. Para
ello puede ayudar dedicar uno o varios ejercicios, siguiendo los pasos del examen ignaciano (EE 24-26):
– Ponerse en la presencia de Dios, pidiendo luz y gracia a Dios para darse cuenta de tanto bien
recibido durante el proceso de ejercicios.
– Repasar el proceso seguido con ayuda de las notas personales dando gracias a Dios por las experiencias concretas que se han
vivido.
– Profundizar en el significado personal del proceso:
● Lo que
se ha descubierto sobre Dios.
● Los
avances en el conocimiento propio.
● Los aprendizajes prácticos sobre el modo de
orar y su impacto en la vida cotidiana
● Lo que
más ha llenado de paz y consolación
● Lo que
más ha costado aceptar y ha producido desolación
– Dar
gracias, alabar, pedir perdón…
– Enfocar el tiempo siguiente, poniendo
los acentos necesarios para mantener e incrementar el fruto de los ejercicios y
pidiendo gracia para llevarlos a cabo.> (Picornell 2013: 243)
Bibliografía
García, José A., SJ (2013)
“Los Ejercicios en la vida diaria: ¿qué son? ¿cuál es su novedad? ¿son
ignacianos de verdad?”, en Manresa,
Revista de Espiritualidad Ignaciana, julio-septiembre 2013, N. 85. Págs.
213-221.
Mendoza, Pedro, sj (2013) “Los
ejercicios de profundización en la experiencia de Dios. Itinerarios 3 y 4”, en Manresa, Revista de Espiritualidad Ignaciana.
Los Ejercicios en la vida diaria: un Directorio práctico, julio-septiembre
2013, N. 85. Págs. 255-270).
Picornell Gallar, Damián, sj (2913) “Los ejercicios de
iniciación a la experiencia de Dios. Itinerarios 1 y 2”, en Manresa, Revista de Espiritualidad Ignaciana,
julio-septiembre 2013, N. 85. Págs. 237-254.
Extracto realizado por
José Martínez de Toda, S.J.
Iglesia S. Francisco. Caracas
13 de Septiembre de 2013
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