2º Modo de orar: contemplando el significado de cada palabra del Padre Nuestro [EE 249-257]

        Ahora nos enfrentamos al misterio de la palabra, ese gran instrumento sin el cual no sería posible expresarnos ni comunicarnos. Y he dicho misterio, porque en efecto, la palabra nos precede con una larga historia que en gran parte desconocemos. Esta historia está latiendo en ella y le da un calado que justifica ser orado y contemplado, sobre todo tratándose de oraciones que tantas veces hemos repetido mecánicamente como algo mágico.

      Lo que pretende, pues, este Segundo Modo de Orar es abrirnos a los ecos, que cada palabra de la oración que elijamos va suscitando en nosotros, pues la palabra nos desborda, nos abre a conexiones que no podemos prever de antemano. Y si se trata de la Palabra de Dios, todavía más. La palabra, al desbordarnos, nos lleva más allá, a lo Inefable. De esta manera puedo ir descubriendo lo que es orar. Este modo de orar tendrá presente simplemente una oración hecha, por ejemplo, el Padrenuestro, el Ave María, un Salmo o bien otra oración> (Chércoles).La metodología es como sigue:

Pasos de la oración
1 - Relajarse, tranquilizarse. Se puede hacer escuchando música suave, fijando la vista en un objeto de la habitación, mirando por la ventana, sintiendo los latidos del corazón, leyendo un poema, paseando, etc. A medida que el espíritu se va calmando, ir pensando tranquilamente qué voy a hacer, el Señor me espera, etc.> (Borrás 1990: 10). “A dónde voy y a qué” [EE 250] 
Éste es un preámbulo común a todo modo de orar.> (Chércoles)

2 - Oración Preparatoria: Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina Majestad” [EE 46].
Una oración breve y sencilla dirigida a aquel a quien se quiere dedicar este momento [EE 251]. Por ejemplo, si la oración escogida es el Padrenuestro, al Padre. (Borrás 1990: 10).
<La oración para san Ignacio nunca tiene sentido en sí misma como experiencia ‘trascendental’ o de ‘interiorización’, sino que siempre debe hacernos salir de nosotros mismos de la forma más dinamizadora y totalizante que conocemos que es la relación interpersonal> (Chércoles). Elija la postura “según la mayor disposición en que se halle y más devoción le acompañe” [EE 252].

3 - Preparar el material necesario: Elegir una oración hecha. Por ejemplo, el Padrenuestro, el Avemaría, un Salmo, la letra de un canto, cualquier oración antigua o moderna, un texto de la Biblia, jaculatorias, “En todo amar y servir”. Tenerla presente (de memoria o bien escrita delante).
<Dejarse llevar por las “resonancias” que cada palabra evoca en uno> (Chércoles). Si la persona hallare en una palabra o en dos tan buena materia que pensar, y gusto y consolación, no se cure pasar adelante, aunque se acabe la hora en aquello que halla [EE 254].
<Es clave no ‘programar’ el tiempo y menos el ritmo. Es superar el mero querer ‘saber’ dominado por la curiosidad. Es mejor permanecer pasivos escuchando todo. Por otro lado ha de estar atento a todo tipo de ecos: intelectuales (pensar), sensitivos (gusto) o espirituales (consolación). Así una oración puede durar varios días [EE 255]... Una vez terminada una oración, se puede seguir, con el mismo método, con otra  [EE 256].> (Chércoles).
            No hay que tener prisa. Cuando encuentres que una palabra te interpela, déjate impresionar por ella. Si terminas una oración, puedes elegir otra oración. Y si no has sentido nada especial, piensa al menos que has pasado aquel rato orando con toda la Iglesia, ¡que dice y ha dicho tantas veces esta misma oración!

4 - Petición: Que profundice en el significado de cada palabra. Que la saboree con amor, con cariño. Que cada palabra me lleve al más allá, a lo que “ni el ojo vió ni el oído oyó”… Que me identifique con la persona a quien va dirigida la oración.

5 - Significado de cada palabra del Padre Nuestro
            Cada uno puede elegir una palabra para explicarla a los demás con lo que sigue o con otras cosas.
 “Padre/Madre”. Cerrando los ojos o bien mirando un objeto fijamente, empezar con la primera palabra: “Padre”. Considerar esta palabra el tiempo que haga falta, dejarse llevar por todo aquello que va evocando en mi interior (significados, comparaciones [EE 252], recuerdos, sentimientos…). ¿Qué significa para mí llamar a Dios “Padre”? Él es bueno. ¿Lo siento cercano? ¿Qué cercano lo siento? ¿Qué significa para mí ser hijo de Dios? Que Él me dio la vida.
            “Nuestro”: Padre también de los demás. ¿Me siento realmente hermano de los demás?
            “Que estás en el cielo”: en ese bello atardecer, en ese cielo estrellado, en esa luna amiga: ‘Hermana Luna’.
            “Hágase tu voluntad”: en mi enfermedad, en mi problema…
            “Danos hoy nuestro pan”: caraotas, azúcar, leche… a todos.
         “Perdónanos, como perdonamos…”
            <Ir terminando queriéndome identificar con la persona a quien se ha dirigido la oración: el Padre.> (Borrás 1990: 11).

5 – Coloquio: Acabada la oración, dirá el resto del Pater noster en la manera acostumbrada [EE 254]. En pocas palabras diríjase a la persona a quien ha orado, y pida las virtudes o gracias de las cuales siente tener más necesidad [EE 257]. La oración en san Ignacio siempre está enmarcada en una relación interpersonal son alguien, y apunta a sacar algún provecho: conseguir lo que más necesito, según yo mismo lo sienta.

6 – Examen de la oración
        Ver si he hecho bien la preparación a la oración (relajarse, oración preparatoria, petición). ¿Qué actitud me ha brotado más espontáneamente en este tiempo: acción de gracias, alabanza, petición, arrepentimiento…? ¡Doy gracias a Dios por esa actitud!> (Borrás 1990: 11).

Bibliografía
-          Chércoles, Adolfo, S.J. La oración en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, Revista Manresa Nº   , Año       . Ver texto en:
-          Borrás, Pere (1990) Orar con S. Ignacio de Loyola. Seminario Ejercicios. Colección ‘Ayuda’. Compañía de Jesús – Cataluña. Cristianisme i Justicia. Págs. 31.
-          Ignacio de Loyola. Autobiografía y Ejercicios Espirituales. Ed. SA Ed CR. Caracas 2002, nn. 249-257.
José Martínez de Toda, S.J.
Comunidad Ignaciana de S. Francisco - El Silencio, Caracas
07 Septiembre 2013- martodaj@gmail.com

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