Ahora nos enfrentamos al misterio de la palabra, ese gran instrumento sin el cual no sería posible
expresarnos ni comunicarnos. Y he dicho misterio, porque en efecto, la
palabra nos precede con una larga historia que en gran parte desconocemos. Esta
historia está latiendo en ella y le da un calado que justifica ser orado y
contemplado, sobre todo tratándose de oraciones que tantas veces hemos repetido
mecánicamente como algo mágico.
Lo que pretende, pues, este Segundo
Modo de Orar es abrirnos a los ecos,
que cada palabra de la oración que elijamos va suscitando en nosotros, pues la palabra nos desborda, nos abre a
conexiones que no podemos prever de antemano. Y si se trata de la Palabra de Dios, todavía más. La
palabra, al desbordarnos, nos lleva más allá, a lo Inefable. De esta manera
puedo ir descubriendo lo que es orar. Este modo
de orar tendrá presente simplemente una oración hecha, por ejemplo, el
Padrenuestro, el Ave María, un Salmo o bien otra oración> (Chércoles).La
metodología es como sigue:
Pasos de la
oración
1 - Relajarse,
tranquilizarse. Se puede hacer escuchando música suave, fijando
la vista en un objeto de la habitación, mirando por la ventana, sintiendo los
latidos del corazón, leyendo un poema, paseando, etc. A medida que el espíritu
se va calmando, ir pensando tranquilamente qué
voy a hacer, el Señor me espera, etc.> (Borrás 1990: 10). “A dónde voy y a qué” [EE 250]
Éste es un preámbulo común a todo modo de orar.>
(Chércoles)
2 - Oración Preparatoria: “Que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente
ordenadas en servicio y alabanza de su divina Majestad” [EE 46].
Una oración breve y sencilla
dirigida a aquel a quien se quiere dedicar este momento [EE 251]. Por ejemplo,
si la oración escogida es el Padrenuestro, al Padre. (Borrás 1990: 10).
<La oración para san
Ignacio nunca tiene sentido en sí misma como experiencia ‘trascendental’ o de
‘interiorización’, sino que siempre debe
hacernos salir de nosotros mismos de la forma más dinamizadora y
totalizante que conocemos que es la relación interpersonal> (Chércoles). Elija
la postura “según la mayor disposición en que se halle y más devoción le
acompañe” [EE 252].
3 - Preparar el material necesario: Elegir una oración hecha. Por ejemplo, el Padrenuestro, el Avemaría, un Salmo, la letra de un canto, cualquier oración antigua o moderna, un texto de la Biblia, jaculatorias, “En todo amar y servir”. Tenerla presente (de memoria o bien escrita delante).
<Dejarse llevar por las “resonancias” que cada palabra
evoca en uno> (Chércoles). Si la persona hallare en una palabra o en dos tan buena materia que pensar, y gusto y
consolación, no se cure pasar adelante, aunque se acabe la hora en aquello que
halla [EE 254].
<Es clave no ‘programar’ el
tiempo y menos el ritmo. Es superar el mero querer ‘saber’ dominado por
la curiosidad. Es mejor permanecer
pasivos escuchando todo. Por otro lado ha de estar atento a todo tipo de ecos:
intelectuales (pensar), sensitivos (gusto) o espirituales (consolación).
Así una oración puede durar varios días [EE 255]... Una vez terminada una
oración, se puede seguir, con el mismo método, con otra [EE 256].> (Chércoles).
No
hay que tener prisa. Cuando encuentres que una palabra te interpela, déjate
impresionar por ella. Si terminas una oración, puedes elegir otra oración. Y si
no has sentido nada especial, piensa al menos que has pasado aquel rato orando con toda la Iglesia, ¡que dice y
ha dicho tantas veces esta misma oración!
4 - Petición: Que profundice en el significado de cada
palabra. Que la saboree con amor, con cariño. Que cada palabra me lleve al más
allá, a lo que “ni el ojo vió ni el oído oyó”… Que me identifique con la
persona a quien va dirigida la oración.
5 - Significado
de cada palabra del Padre Nuestro
Cada
uno puede elegir una palabra para explicarla a los demás con lo que sigue o con
otras cosas.
“Padre/Madre”. Cerrando los ojos o bien
mirando un objeto fijamente, empezar con la primera palabra: “Padre”.
Considerar esta palabra el tiempo que haga falta, dejarse llevar por todo
aquello que va evocando en mi interior (significados, comparaciones [EE 252],
recuerdos, sentimientos…). ¿Qué significa para mí llamar a Dios “Padre”? Él es
bueno. ¿Lo siento cercano? ¿Qué cercano lo siento? ¿Qué significa para mí ser
hijo de Dios? Que Él me dio la vida.
“Nuestro”: Padre también de los demás.
¿Me siento realmente hermano de los demás?
“Que estás en el cielo”: en ese bello atardecer, en
ese cielo estrellado, en esa luna amiga: ‘Hermana Luna’.
“Hágase tu voluntad”: en mi enfermedad, en mi
problema…
“Danos hoy nuestro pan”: caraotas, azúcar, leche… a
todos.
“Perdónanos,
como perdonamos…”
<Ir
terminando queriéndome identificar con la persona a quien se ha dirigido la
oración: el Padre.> (Borrás 1990: 11).
5 – Coloquio: Acabada la oración, dirá el resto del Pater noster en la manera
acostumbrada [EE
254]. En pocas palabras diríjase a la persona a quien ha orado, y pida las virtudes o gracias de las cuales
siente tener más necesidad [EE 257]. La oración en san Ignacio siempre está
enmarcada en una relación interpersonal son alguien, y apunta a sacar algún
provecho: conseguir lo que más necesito, según yo mismo lo sienta.
6 – Examen de la
oración
Ver
si he hecho bien la preparación a la oración (relajarse, oración preparatoria,
petición). ¿Qué actitud me ha brotado más espontáneamente en este tiempo:
acción de gracias, alabanza, petición, arrepentimiento…? ¡Doy gracias a Dios
por esa actitud!> (Borrás 1990: 11).
Bibliografía
-
Chércoles,
Adolfo, S.J. La oración en los Ejercicios
Espirituales de San Ignacio de Loyola, Revista Manresa Nº , Año
. Ver texto en:
-
Borrás, Pere (1990) Orar con S. Ignacio de Loyola. Seminario Ejercicios.
Colección ‘Ayuda’. Compañía de Jesús – Cataluña. Cristianisme i Justicia. Págs.
31.
-
Ignacio de Loyola. Autobiografía y Ejercicios Espirituales. Ed. SA Ed CR. Caracas 2002, nn. 249-257.
José Martínez de Toda, S.J.
Comunidad Ignaciana de S. Francisco - El
Silencio, Caracas
07 Septiembre 2013- martodaj@gmail.com
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