Primer Modo de Orar sobre los 10 Mandamientos [EE 238-243].

    “A una persona verdaderamente mortificada le basta un cuarto de hora para unirse a Dios en oración… De cien personas muy dadas a la oración, 90 (ó quizá 99) serían ilusas” (Frases atribuidas a Ignacio de Loyola por Gonzálvez de Cámara).
            Los Tres Modos de Orar son una etapa previa a los Ejercicios Espirituales para aprender a orar. (Chércoles 2).
            Objetivos del Primer Modo de Orar:
-          Conectarme con la realidad de mí mismo. La primera confrontación del ejercitante con su realidad se da en cómo cumple los Mandamientos en materia grave o leve.
-          Conocer mis afecciones desordenadas, toda la basurita que cargamos. ¿A quién pertenezco: a Jesús o a estas afecciones desordenadas?

Pasos de la oración
1-Relajarme, tranquilizarme. Estoy en la presencia de Dios. “¿Adónde voy y a qué?” [EE 239].
“Antes de entrar en la oración repose un poco el espíritu asentándose o paseándose, como mejor le parecerá, considerando a dónde voy y a qué: y esta misma adición se hará al principio de todos modos de orar.” [EE 239]
<Hay que desconectarse de lo que nos ocupaba para poder abrirnos a esta confrontación.> (Chércoles)
2 - Oración Preparatoria [EE 240]
Ponerme delante de Dios Padre/Madre, como delante de un padre/madre comprensivo, cariñoso, atento, estimulador, sonriente..., delante de Jesús, de la Virgen, de S. Ignacio, de la creación. De pie durante un Padre Nuestro, hago una inclinación [EE 75] y digo:
            <Oh Señor, creo firmemente que estás aquí presente, y me estás mirando. Ayúdame a recogerme, porque yo nada puedo.
            Profundamente te adoro y reverencio, y te pido perdón por todas mis faltas y pecados.
            Concédeme, Señor, que ‘todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de tu divina Majestad’ [EE 46].
            A ti acudo, oh Virgen Santísima, y a San Ignacio de Loyola, a fin de que me alcancen la gracia de hacer esta oración bien y con fruto.> (jmt)
3- Petición (con cuatro partes):
1) <Pedir gracia a Dios nuestro Señor para que pueda conocer en lo que he faltado acerca los diez mandamientos;
2) y asimismo pedir gracia y ayuda para me enmendar adelante,
3) demandando perfecta inteligencia de ellos para mejor guardarlos,
4) y para mayor gloria y alabanza de su divina majestad> [EE 240].
<La petición va a ser una pieza clave en el proceso de Ejercicios. Todas las meditaciones y contemplaciones que propone el método van a estar enmarcadas por una petición.> (Chércoles)
1ª petición: Señor, dame conocimiento de mis faltas mortales o veniales contra los Mandamientos, de mis afecciones desordenadas.
            No las conozco. No conozco su gravedad.
            Nos excusamos, nos justificamos, nos explicamos todo, nos ‘perdonamos’
            Quiero saber cuáles son mis afecciones desordenadas, mis desajustes, mis esclavitudes, mis deformaciones… ¿Cuál es el mandamiento que más quebranto?
2ª petición: Señor, ayúdame a corregirme. Me cuesta cambiar. Soy incapaz de cambiar.
3ª petición: Señor, te pido entender que los Mandamientos son razonables e importantes.
No son caprichos ni disparates. <No son sin más ‘leyes’ (prohibiciones) susceptibles como toda ley de cambio, sino apuestas positivas que se han de incorporar razonablemente al propio comportamiento. Así, el ‘no matarás’ es un sí a la vida… San Ignacio parte de la base de que el ser humano es un ser inteligente: nunca va a comprometerse ni a hacer suyas cosas banales. Si un ‘mandamiento’ le parece un disparate, no lo va a ‘guardar’.> (Chércoles)
4ª Petición: Señor, te pido que pueda guardar los Mandamientos por puro amor de Dios <para mayor gloria y alabanza de su divina majestad [EE 240].
No los guardo para quedar bien ni para ser premiado ni para que no me castiguen.
Quiero dejar actuar a Dios en mí, pero sabiendo lo que busco y quiero. Quiero dejar mi vida en sus manos. Quiero dejarle ser el centro de ella. ¡Todo es gracia!.

4 - Puntos: <Para el primer modo de orar conviene considerar y pensar en el primer mandamiento cómo lo he guardado, y en qué he faltado, teniendo regla por espacio de quien dice tres veces Pater noster y tres veces Ave María, y si en este tiempo hallo faltas mías, pedir venia y perdón de ellas, y decir un Pater noster; y de esta misma manera se haga en cada uno de todos los diez mandamientos.> [EE. 241]
Fijémonos también en los pecados de la Iglesia, del Vaticano, de los obispos, de los sacerdotes diocesanos, de los jesuitas, de los ignacianos…
<Es de notar  que cuando el hombre viniere a pensar en un mandamiento, en el cual halla que no tiene hábito ninguno de pecar, no es menester que se detenga tanto tiempo; mas según que hombre halla en sí que más o menos tropieza en aquel mandamiento, así debe más o menos detenerse en la consideración y escrutinio de él, y lo mismo se guarde  en los pecados mortales> [EE 242].
            No detenerse mucho, si no hay hábito de pecar.
<Lo que le preocupa (a S. Ignacio) no son los fallos en sí, aislados... El fallo ‘aislado’, que me sorprende o humilla, no es peligroso; lo es aquél que se ha incorporado de tal forma a mi manera de ser que ni soy consciente de él. Lo más peligroso es el inconsciente, dirá siglos después Freud, corroborando la preocupación de san Ignacio. El “hábito” cobra en el que lo ha adquirido un grado de ‘autonomía’ que le ahorra conciencia: va a actuar sin necesidad de control de ningún tipo. Ahí está el peligro.> (Chércoles)
            De ahí la necesidad de la corrección fraterna, pues no nos damos cuenta de nuestras faltas. Vemos la paja del ojo ajeno, pero no vemos la viga en nuestros ojos (Jesús).
Según se enseña en el actual “Catecismo de la Iglesia Católica” (1993: 457-553), hay 10 Mandamientos.

Lectura del Santo Evangelio según S. Mateo (Mt 22, 37-40).
<Uno de los fariseos, que era maestro de la Ley, trató de ponerlo a prueba con esta pregunta: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?».
Jesús le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento, el primero. Pero hay otro equivalente: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.»>

            Cada uno puede elegir un Mandamiento para explicarlo a los demás con lo que sigue o con otras cosas.


1º - Amarás a Dios sobre todas las cosas. [EE 241]
a)      ¿Tengo otros dioses: dinero (codicia del dinero), droga, alcohol, sexo indebido, poder, corrupción, tener, placer, brujerías, estima propia, mi yo?
-          ¿Me dejo llevar por la droga, el narco? (A las 7am voy a Misa, y a las 7pm tomo droga?
-          ¿Me dejo llevar por el alcohol?
-          ¿He acudido a brujos, hechiceros, a María Lionza, a los espíritus de la sabana, a supersticiones, a santeros…?
-          ¿Hago caso de imaginaciones diabólicas?
-          Hay niños, cuyos dioses son los héroes de los videojuegos, del Internet.
-          Hay adicción a juegos, a los celulares, a comer, a gustar.
b) ¿Amo al Dios verdadero, al Dios Amor, o al dios mágico, del niño?
c) ¿Cuánto tiempo de oración hago cada día? ¿En qué momento? ¿Visito alguna iglesia?
-          ¿Uso para la oración algún texto: biblia, libro…?
2º - No pronunciarás el nombre de Dios en vano.
-          ¿Hago juramentos falsos?
-          Ver EE. 38-39.
3º - Santificarás las fiestas.
a)      ¿Qué haces los domingos? ¿Vengo a Misa?
¿Estoy con la familia el domingo? ¿La divierto el domingo?
b)      ¿Cómo son nuestras liturgias? ¿Aburridas? ¿Atraen a los jóvenes?
¿Cómo tratamos a los que vienen a nuestras iglesias? ¿Cómo a Gandhi? ¿Los de otras iglesias los tratan mejor?
4º - Honrarás a tu padre y a tu madre.
A los hijos, abuelos. ¿Cómo es mi relación con mi familia? ¿Peleo en ella?
5º - No matarás.
a)      ¿Manejo el carro o la moto con peligro para otras personas? ¿Hago mal a los demás?
b)      ¿Les insulto? ¿Prescindo de ellos? ¿Los trato con cariño y alegría?
Jesús dijo: “Habrán escuchado a los antiguos: ‘No matarás’. Yo les digo: ‘No insulten’”. “Si llevas una ofrenda al altar…” (Mt 5, 21-26). “Amen a los enemigos”.
El “No matarás” es un SÍ a la vida.
Ver EE. 41
c)      Polarización fuera y dentro de la Iglesia.
Me falta alegría. Soy frío con los demás.
6º - No cometerás actos impuros.
Sin estar casado… y estando casado… Masturbación. Pornografía vía Internet. Pedofilia.
7º - No robarás.
¿Dices “lo mío es tuyo”, o más bien “lo tuyo es mío”? ¿Sustraigo dinero? ¿Cosas?
¿Te apropias de algo de herencia de tus hermanos de forma indebida? ¿Respeto lo de otros?
¿Caigo en la corrupción pública, apropiándome del dinero del Estado, que es el dinero de todos los venezolanos, sin distinciones políticas…?
¿Caigo en la corrupción privada, apropiándome del dinero de la empresa privada, que no es mío?
En la meditación de las Dos Banderas, la codicia es el primer paso del enemigo, después el deseo de honores, y finalmente la soberbia.
8º - No dirás falsos testimonios ni mentirás.
¿Miento? ¿Mentiras blancas?
¿No cuento mis cosas? ¿No informo a los míos de lo que me pasa? ¿Secretismo?

9º - No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
¿Me dejo llevar por la imaginación?
¿Combato los malos pensamientos en el mismo instante en que comienzan?
10º - No codiciarás los bienes ajenos.
¿Me lleno de envidia por lo que otros tienen?
¿Compro algo para no ser menos que los demás?
            Conclusión: El catecismo católico (1993: 457), citando al Evangelio de Mateo (Mt 22, 37-40) añade: «Estos Diez Mandamientos se encierran en dos; amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo». ¿Amo a los demás como a mí mismo?
¿Cuál es el mandamiento que más quebranto en materia grave o leve? ¿Mis afecciones desordenadas?

5 - Coloquio (Ej. 241, 243): Después de acabado el discurso ya dicho sobre los mandamientos, acusándose en ellos y pidiendo gracia y ayuda para enmendarse adelante, se ha de acabar con un coloquio a Dios nuestro Señor según subiecta materia [EE 243].
<Este diálogo confiado con Dios (coloquio) será la culminación de cualquier oración que el método de los Ejercicios proponga.
Este quinto paso cierra el ‘método’ que nos propone para hacer la confrontación de nuestra visión de la realidad con los diez mandamientos. Ahora sólo queda que lo vayamos aplicando a las otras tres realidades a las que se refería el primer modo de orar. > (Chércoles)
-          Señor, ayúdame a conocer mis malos hábitos.
-          Dime, Señor, ¿en cuál de los Mandamientos falto más? Le pondré una rayita.
-          ¿Cuáles son mis faltas graves y leves contra los 10 Mandamientos?
-          ¿Cómo me porto con el Primer Mandamiento? ¿Hago oración?
-          ¿Cómo me porto con el 5º Mandamiento, que me manda tratar a todos con cariño y alegría?
-          ¿Cuáles son mis afecciones desordenadas? ¿Qué me dices, Jesús?
-          Pecados de la Iglesia.
-          Ante Jesús Crucificado: “¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo?” [EE 53]
Te pido perdón y prometo confesarme.
Soy pecador, pero perdonado, amado y llamado a una misión. Padre Nuestro…

 6 – Examen de la oración

Bibliografía
-          Chércoles, Adolfo, S.J. La oración en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, Revista Manresa Nº   , Año       . Ver texto en:
-          Ignacio de Loyola. Autobiografía y Ejercicios Espirituales. Ed. SA Ed CR. Caracas 2002, Números 238-243.
José Martínez de Toda, S.J.
Comunidad Ignaciana de S. Francisco - El Silencio, Caracas
11 agosto 2013 - martodaj@gmail.com


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