lunes, 15 de septiembre de 2014

¿Cómo es la Oración Ignaciana?

¿Cómo es la Oración Ignaciana?

Los Ejercicios no son teología, no son saber sobre Dios. Son mistagogía (García 2013: 216).
Mistagogía es la profundización en los misterios de la experiencia de Dios.
Lo que intentan los Ejercicios es la experiencia de Dios. (García 2013: 227)
Ejercicios Espirituales son todo modo de examinar, de meditar, contemplar (EE 1)
El objetivo de los Ejercicios de Iniciación es ayudar a dar los primeros pasos hacia el encuentro personal con Dios en la oración y en la vida. (Picornell 2013: 237)
En ellos se incide en un punto central y quizá es uno de los más cuestionados en la cultura actual. Este es la posibilidad de comunicación con Dios. Su perspectiva no es meramente racional, ya que se basan en la primacía de “el sentir y gustar de las cosas internamente” (EE 2).
No se trata simplemente de cultivar una reflexión, sino de ejercitarse en la relación con Dios desde la perspectiva de sentir y gustar las cosas internamente, lo cual exige asentar hábitos durante un tiempo (Picornell 2013: 239).
Se insiste en  la interiorización de la experiencia de Dios más allá de la mera reflexión (Picornell 2013: 243).
Tres niveles de ejercitantes
1.Personas con inquietud espiritual, que necesitan el encuentro personal con Dios (Picornell 2013: 238).
A ellas se les da la experiencia de la oración como un encuentro personal y afectivo con Dios. (Picornell 2013: 238).
El tener una primera inquietud espiritual es el principal requisito  para comenzar este tipo de Ejercicios. (Picornell 2013: 239).
Hay tres formas de inquietud espiritual:
-          El deseo de buscar y encontrar un sentido profundo a la existencia más allá de las apariencias;
-          El interés por ordenar la propia vida a luz del encuentro personal con Dios;
-          La disposición para transitar nuevos caminos hacia Él y en definitiva, hallarle en todas las cosas (Picornell 2013: 239).
Se requiere capacidad para la interiorización y un cuidado por el análisis personal en su vida ordinaria (Mendoza 2013: 257).
2.Ya tienen compromisos en la vida eclesial (están en grupos cristianos) y quieren enraizar su compromiso en una experiencia personal de Dios.
3.Ya han hecho Ejercicios. Quieren actualizar o reiniciar la experiencia de Dios (Picornell 2013: 238).
Requisitos de la oración ignaciana de los Ejercicios Espirituales
1. Que sea un encuentro personal con Dios.
2. Debe haber petición
3. Debe haber un Coloquio al final
4. Debe haber examen de la oración (Picornell 2013: 241, 271-272).
5. Debe haber un acompañamiento (Picornell 2013: 242), que requiere diálogo y mutuo conocimiento (Picornell 2013: 274, 244). Puede ser un acompañamiento individual o en grupo (Picornell 2013: 244). Este es un elemento insustituible (Picornell 2013: 244).
Herramientas típicamente ignacianas: oración, examen, acompañamiento (Mendoza 2013: 257)
Necesitamos estructuras de salvación (Mendoza 2013: 257)
Llamamos “estructuras de salvación” a aquellas que proceden de las experiencias de:
-          sentirse arraigado en la filiación divina (vivirse como hijo amado),
-          una lucidez que ayuda al sujeto a captar su verdad de criatura,
-          un perdón incondicional regalado por Dios, que ayuda a ser más gratuitos y a conocer verdaderamente su rostro y
-          el agradecimiento que ayuda a ser más verdaderos en el compromiso. (Mendoza 2013: 256)
<El indicador de un buen proceso espiritual en esos momentos es la experiencia de agradecimiento lúcido, que es la valedora y el motor del futuro seguimiento y compromiso.  > (Mendoza 2013: 269).
¿Cómo  finalizar los Ejercicios? (Picornell 2013: 243)
< Es preciso recoger el fruto producido, hacer síntesis de lo vivido y articular pautas para la vida ordinaria, integrando algunos elementos y hábitos adquiridos durante los Ejercicios. Para ello puede ayudar dedicar uno o varios ejercicios, siguiendo los pasos del examen ignaciano (EE 24-26):
– Ponerse en la presencia de Dios, pidiendo luz y gracia a Dios para darse cuenta de tanto bien recibido durante el proceso de ejercicios.
– Repasar el proceso seguido con ayuda de las notas personales dando gracias a Dios por las experiencias concretas que se han vivido.
– Profundizar en el significado personal del proceso:
● Lo que se ha descubierto sobre Dios.
● Los avances en el conocimiento propio.
● Los aprendizajes prácticos sobre el modo de orar y su impacto en la vida cotidiana
● Lo que más ha llenado de paz y consolación
● Lo que más ha costado aceptar y ha producido desolación
– Dar gracias, alabar, pedir perdón…
Enfocar el tiempo siguiente, poniendo los acentos necesarios para mantener e incrementar el fruto de los ejercicios y pidiendo gracia para llevarlos a cabo.> (Picornell 2013: 243)
Bibliografía
García, José A., SJ (2013) “Los Ejercicios en la vida diaria: ¿qué son? ¿cuál es su novedad? ¿son ignacianos de verdad?”, en Manresa, Revista de Espiritualidad Ignaciana, julio-septiembre 2013, N. 85. Págs. 213-221.
Mendoza, Pedro, sj (2013) “Los ejercicios de profundización en la experiencia de Dios. Itinerarios 3 y 4”, en Manresa, Revista de Espiritualidad Ignaciana. Los Ejercicios en la vida diaria: un Directorio práctico, julio-septiembre 2013, N. 85. Págs. 255-270).
Picornell Gallar, Damián, sj (2913) “Los ejercicios de iniciación a la experiencia de Dios. Itinerarios 1 y 2”, en Manresa, Revista de Espiritualidad Ignaciana, julio-septiembre 2013, N. 85. Págs. 237-254.
Extracto realizado por
José Martínez de Toda, S.J.
Iglesia S. Francisco. Caracas
13 de Septiembre de 2013

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